miércoles, 18 de abril de 2012

La maestra que me hizo ilustrador


Sé que el título parece el de una peli porno de cuarta calidad, pero les aseguro que la tirada es completamente diferente.

Es indudable que hay muchísimos factores que han influenciado nuestra elección de carrera o profesión, desde las económicas y sociales hasta las más íntimas y personales. Hoy hablaremos de éstas últimas, dando especial énfasis en los sucesos determinantes, aquellos que marcan un antes y un después, aquellos que no olvidamos y ponemos en el pedestal de nuestros recuerdos más especiales.

Muchos de mis colegas tienen padres diseñadores, pintores o ilustradores quienes sin duda influyeron, inconscientemente si se quiere, en su decisión de dedicarse a dibujar, otros tantos, como es mi caso, tuvieron padres con profesiones a primera vista incompatibles con la nuestra (mi papá es matemático), pero que nos apoyaron a pesar del desasosiego de ver a sus hijos tomar un camino profesional incierto.
Pero, qué hace que, a pesar de las dificultades, diferencias y oposición en algunos casos, hayamos optado por las monerías? Hoy les contaré uno de esos sucesos personales que cambian para siempre la vida de uno, a pesar de parecer intrascendentes a primera vista.

Cursaba yo el primer grado de primaria, allá por el año 1987, las vacaciones de fin de año estaban próximas y a nuestro grupo le correspondía el deber de montar el periódico mural referente a las fechas conmemorativas por venir: el aniversario de la Revolución Mexicana y por supuesto, la Navidad. Así que la maestra (cómo me gustaría el poder acordarme de su nombre) convocó a los alumnos para que se ofrecieran voluntariamente a elaborar dibujos referentes a dichas celebraciones.
Me ofrecí en el acto, pues desde los 4 años me encantaba dibujar, aunque nunca había pasado por mi infantil cabeza el dedicarme al dibujo profesionalmente, vaya que ni siquiera conocía yo esa profesión, yo pensaba que cuando la gente iba a trabajar llevaba en su portafolios un martillo y clavos que se ponían a clavar en alguna oficina lejos de casa, esa era mi idea del "trabajo".

Pues bien, la maestra seleccionó a dos niños y a su servidor para elaborar los dibujos, a mí me tocó el de las Posadas. Así que llegué a mi casa muy contento pues por fin se me había encomendado una tarea que me agradaba, me compraron medio pliego de cartulina blanca, se me facilitaron lápices de colores y empecé gustoso la tarea.

Obviamente, el placer me invadía y ponía todo mi empeño, al punto de que yo veía mis trazos como una gran obra de arte (aún tengo grabados en mi memoria los monigotes que en realidad estaba haciendo: criaturas planas de cuerpos como boilers y con narices desproporcionadas y enormes, con manos atrofiadas sosteniendo palos amenazando a una muy, muy esquemática piñata, todo sin ninguna preocupación por la proporción y la perspectiva, con decir que parecía que todos yacían acostados en lugar de parados en la calle que servía de fondo). Pues bien, concluí mi obra orgulloso más del esfuerzo y empeño que había puesto en su elaboración que en el resultado y me fui a dormir.

Al día siguiente, día de entrega de los deberes, estaba yo impaciente de mostrar mi trabajo, pues le había echado todos los huevos de que es capaz un niño imberbe de 7 años; cuando de repente me topo con los dibujos elaborados por mis compañeros, no recuerdo más que uno, lo que sí recuerdo perfectamente es que ambos dejaban mi pobre dibujo en la calle del ridículo.
Uno de ellos lo recuerdo casi perfectamente: era el dibujo de un revolucionario acompañado de una adelita, PERFECTAMENTE DIBUJADOS! sin duda, viendo hoy en día las cosas en retrospectiva, el dibujo estaba simplemente bien hecho y medianamente proporcionado... pero en aquel entonces a mí me pareció una maldita fotografía! Con proporciones perfectas, el color aplicado de manera magistral, expresivo, inspirador, con una técnica impecable, en fin, que hacía ver al mío como una especie de cartón pintado por un chimpancé manco, bueno, así lo vi yo en ese momento.

Así que me desinflé completamente y ni ganas tenía de mostrar el mío, de hecho, pasó por mi cabeza decirle a la maestra que había olvidado hacer la tarea. Pero al fin, la maestra nos convocó a los dibujantes y fuimos mostrándole nuestros trabajos.

Recuerdo que vio el de mis compañeros inexpresivamente y cuando llegó al mío, simplemente sonrió, no conmovida, sino divertida... estaba perdido! Bueno, no perdido, pero obviamente mi obra no iba a figurar en el periódico mural al ser una aberración abyecta. Así que sin más preámbulos, dio su veredicto: como se notaba que a Andrés, el "autor" de la magna obra y a mi otro compañero, cuyo nombre no recuerdo, sus papás o hermanos mayores les habían ayudado, sus obras no se iban a montar en el periódico y que la mía, por ser, EVIDENTEMENTE POR HÓRRIDA la única en la que no se apreciaba ninguna ayuda paterna o filial iba a ser la única que saldría "publicada".

Cómo me gustaría acordarme del nombre de mi maestra! A partir de ese día y gracias a su decisión, que supongo, para ella también fue intrascendente, tomé conciencia de lo mucho que me faltaba para poder ser buen dibujante y me prometí a mi mismo que practicaría hasta ser si no excelente, si hábil en el dibujo.

Cómo me gustaría acordarme del nombre de mi maestra! Y decirle que gracias a esa pequeña (para ella) decisión, yo soy quién soy hoy en día. Y no hablo de popularidad o talento, no se equivoquen, sino de ser alguien que tiene el privilegio de dedicarse a hacer monos y de vivir de lo que más le gusta hacer.

Cómo me gustaría acordarme del nombre de mi maestra!

Así fue como sucedió, a partir de entonces miles de cosas han influido en mi carrera, pero ninguna como la que les acabo de contar. Así que si ustedes tienen un recuerdo similar y les gustaría compartirlo, estaría gustoso de que me lo contaran.

Saludos a todos y gracias por leerme. No olviden darse una vuelta por mi Deviantart: http://moutsider.deviantart.com/

Y no olviden echarle un ojo a nuestro webcomic (recuerden que el número 2 se estrena este día del niño!): http://estudiogam.com/nahualo/#/0

Saludos y nos vemos en la próxima entrada, donde hablaremos de anime. YEAH!  

Y recuerden: sigan dibujando!

M.

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